Jesús Martínez inicia su historia del grabado con las pintaderas; cuya relación con la escritura, el papel y los signos, a decir del autor, inauguran la historia del grabado en México.
A la serie de pintaderas –colección del Museo Regional de Guanajuato-Alhóndiga de Granaditas–, en las que se recrean elementos de la naturaleza, figuras antropomorfas y abstractas, añade el grabado en la Colonia, época en la que destaca la elaboración de estampas de imaginería religiosa, retratos, mapas, naipes y portadas para libros.